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La desnutrición no solo es la falta de alimento sino también la falta de conocimiento de los alimentos

Las investigaciones sociales sin lugar a dudas brindan un aporte importante en el momento que se desarrollan los proyectos; son de gran ayuda porque aportan valiosa información que puede garantizar un mejor impacto. Más aún cuando se realizan sobre niños que están sufriendo hambre, miseria, pobreza, injusticia, y por lo tanto no cuentan con oportunidades para desarrollarse con individuos que aporten a la sociedad.

Si les dijera, que un bebé mejor alimentado tiene mayores posibilidades de mejorar su posición económica que otro cuya alimentación fue de carácter precaria, ustedes me dirían que no hace falta ni formación, ni conocimiento, para llegar a esa conclusión.

Pero a un grupo de científicos les ha llevado 30 años de investigación poder comprobar esta afirmación, cuyos frutos pueden aportar de gran manera o modificar la forma en la que se realizan los programas de ayuda a los países en desarrollo.

Es así que los investigadores arribaron a una pequeña población de muy bajos recursos en Guatemala durante la década de los ’70. Allí, dividieron en dos a la totalidad de la población y suministraron a cada uno de los grupos alimentos diferentes para brindarles a sus bebés hasta que alcanzaran los tres años de edad. Uno de esos productos contenía un valor nutritivo sensiblemente superior al otro.

Treinta años después, al regresar a la población, se llevaron una verdadera sorpresa al constatar De que los individuos que en su niñez pertenecieron al grupo de alto valor nutritivo, percibían un ingreso casi un 50% superior por cada hora trabajada. Si bien, existen muchas variables que explican el diferencial de ingresos entre dos individuos, este estudio demostró que el valor nutritivo de los alimentos ingeridos en los tres primeros años de vida, es un factor para nada despreciable.

De esta forma, podrían encausarse varios de los programas para el desarrollo, teniendo en cuenta la calidad de la alimentación como una variable fundamental; no como un mecanismo asistencialista sino como un motor que, junto con otras medidas, dé el empujón inicial a las personas para alcanzar el tan deseado objetivo de la autodependencia económica.

Esta importante investigación nos hace notar que muchas veces la desnutrición se da, por falta de información de cuáles son los alimentos que brindan las vitaminas y nutrientes necesarios que nuestro organismo necesita, que en la mayoría de los casos no es de conocimiento de las madres en los países en vía de desarrollo.