11 de Octubre: Día de la mujer Boliviana
Fue la presidenta Lidia Guiler Tejada, durante su corto mandato en 1980, quien dictó el Decreto Supremo -que sin embargo no ha sido aún elevado a rango de Ley- instituyendo el 11 de octubre como Día de la Mujer Boliviana en honor al nacimiento de la escritora, maestra, poetisa y luchadora social Adela Zamudio Ribero, precursora de la educación laica y de la reivindicación pedagógica, social y cultural de las mujeres bolivianas.
Desde 1895 con la edad de 15 años, Adela Zamudio con el seudónimo de Soledad, nombre de guerra además de delatar la melancolía de su carácter se convirtió en la más valerosa de las defensoras de de los derechos de las mujeres de recibir esmerada educación.
Su educación de altísimo nivel que sus padres procuraron para ella contratando a una maestra ingles miss Elizabeth Gové, quien llego de Londres exclusivamente para enseñar a Adela el idioma de Shakespeare, propicio en esta la lucha por la formación del pensamiento feminista mediante el reclamo y propuestas audaces para su época como la instauración del matrimonio civil, el derecho al divorcio, impulso la enseñanza gratuita, denuncio fuertemente el “primitivismo patriarcal” de la sociedad y la explotación y dominación imperante. En 1921 apareció en Oruro el primer número de la revista “Feminiflor”, dirigida y escrita por mujeres que fortalecían el ideal e la liberación femenina, en 1923 se constituyó en La Paz la primera organización autónoma de mujeres que luchó por los derechos político, el Ateneo Femenino.
En 1926 apoyó públicamente la Ley de Divorcio, sancionada en 1932. Estuvo a la vanguardia por las reformas democráticas y exigió la separación de la Iglesia del Estado. En este periodo se incorporaron las mujeres al movimiento sindical, con sindicatos propios y con la Federación Obrera Femenina.
El mismo año (1926) fue obligada a jubilarse de maestra y como compensación la decidieron agasajar, obligada a asistir al acto Adela ingreso al Teatro Achá de la ciudad de Cochabamba vistiendo una capa al estilo del príncipe de Kropotkín, y exclamó con su sonora y aguardentosa voz: “Vengo de capa a rendir homenaje a una mujer de espada”.
Lic. Fabiola Guachalla Roca