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PROGRESO EN EDUCACIÓN


Es habitual que las familias que viven en condiciones de pobreza tengan pocas oportunidades para educar a sus hijos. Quizás residan en comunidades que carecen de escuelas bien equipadas y con profesores capacitados o quizás sean tan pobres que sus hijos deban trabajar para ayudar a mantener a la familia. Éste es el dilema que enfrentan millones de personas en América Latina y el Caribe (ALC).

Sin embargo, en los últimos años muchas más personas en la región han recibido el beneficio de una educación de calidad. Los gobiernos, que hace tiempo entendieron que las destrezas laborales son la clave para el crecimiento económico y finalmente para la lucha contra la pobreza, han actuado en forma decidida para ofrecer una mejor enseñanza a más niños.

  • En toda América Latina, la matrícula en la educación secundaria se ha duplicado desde 1970.
  • En la actualidad, alrededor de un 97% de los niños que viven en los países de ALC ingresan a la escuela primaria, a diferencia del 65% a 75% en la década de los setenta.
  • En países como Uruguay, Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá y Jamaica, más del 75% de los niños completan seis años de educación.
  • Durante la década de los noventa, el analfabetismo de los hombres de más de 14 años de edad se redujo de un 14% a un 11% en toda la región.

LOS DESAFÍOS FUTUROS
A pesar del enorme avance que se ha producido en las últimas tres décadas, la región de América Latina y el Caribe aún sigue rezagada respecto del mundo desarrollado en términos de educación. Esta brecha se hace cada vez mayor en una economía global, donde el estudio, el conocimiento y las destrezas específicas son más fundamentales que nunca para obtener un salario con el cual vivir.

El largo tiempo de gestación que media entre la educación primaria y el éxito en la vida adulta deja a los gobiernos de la región sin tiempo que perder en sus esfuerzos por ponerse al día. Si los países de América Latina y el Caribe no pueden aumentar el nivel promedio de educación entre sus ciudadanos, se arriesgarán a perder las inversiones y oportunidades de empleo en manos de los países que tienen una fuerza laboral más educada.

En promedio, los países de América Latina y el Caribe invierten menos en educación que otras regiones en desarrollo como Asia del Este, sin hablar de los países pertenecientes a la OCDE. Los esfuerzos por lograr una educación de calidad para todos los niños se iniciaron de manera tardía y durante algunos años fueron menos vigorosos que en otras regiones emergentes. Como consecuencia, los países de ALC ahora están muy por debajo de sus competidores económicos en otras regiones de ingresos bajos a medios.

Por ejemplo:

  • Todavía la mayor parte de los niños de América Central recibe solamente tres o cuatro años de educación.
  • En República Dominicana, alrededor de un 16% de los adultos no sabe leer ni escribir y un 16% de los niños de tres a cinco años que pertenecen al décimo más pobre de la población no reciben educación alguna.
  • En Jamaica, aun cuando casi todos los niños terminan el sexto grado, uno de cada tres no sabe leer.
  • Los estudiantes chilenos obtuvieron resultados deficientes y se ubicaron en la cuarta parte inferior de entre 38 países en una prueba internacional de conocimientos específicos de matemáticas y ciencias efectuada en 1999.