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La escuela es para muchos niños y niñas su hogar

La escuela ofrece también a los niños y niñas un entorno seguro, mediante el apoyo, la supervisión y la socialización. Aquí aprenden aptitudes para la vida práctica que pueden ayudarles evitar enfermedades, como el VIH/SIDA y el paludismo. Es muy posible que en la escuela reciban vacunas que les pueden salvar la vida, agua potable y suplementos con nutrientes. Educar a una niña reduce también de forma considerable la posibilidad de que su hijo muera antes de cumplir cinco años.
A la inversa, privar al niño o niña del acceso a una educación de calidad aumenta las posibilidades de que sea víctima del abuso, la explotación y la enfermedad. Las niñas están incluso más expuestas que los niños al riesgo de sufrir abusos cuando no van a la escuela. En muchos poblados, la escuela proporciona un refugio seguro para la infancia, un lugar donde es posible encontrar compañerismo, supervisión de adultos, letrinas, agua potable y, posiblemente, alimentos y atención de la salud.

Sin embargo, incluso estas cuestiones básicas están más allá del alcance de cientos de millones de niños y niñas. A estos niños se les priva de su derecho a una educación porque sus familias no pueden costear los gastos escolares u otros costos relacionados, o porque sus comunidades son demasiado pobres o están en un lugar demasiado remoto para disponer de instalaciones y materiales de enseñanza, o porque tienen que trabajar para traer alimentos a casa. Los niños y niñas de las poblaciones indígenas o las minorías étnicas son por lo general víctimas de la discriminación, que les excluye de la educación, lo mismo que ocurre con los niños y niñas con discapacidades.

Además, el VIH/SIDA ha diezmando las escuelas, las comunidades y las familias en todo el mundo, creando huérfanos y otros niños y niñas vulnerables. Los conflictos civiles y las crisis humanitarias privan también a la infancia de su derecho a una educación. Las niñas suelen ser las más afectadas por estos problemas. Son las primeras que tienen que abandonar la escuela si no hay suficiente dinero o si las tareas del hogar reclaman su atención, si los miembros de la familia necesitan recibir cuidados, si la escuela está demasiado lejos, o en situaciones de inseguridad generalizada. La consecuencia es la pérdida de la promesa que trae consigo toda nueva generación.

Para que se cumpla el objetivo relacionado con educación es necesario tomar medidas para abordar tanto las necesidades humanas como los materiales -edificios, libros y maestros- y los requisitos orgánicos necesarios para que todos los niños y niñas vayan a la escuela para asegurarles una educación. Entre estos requisitos hay que señalar la igualdad en la sociedad, la buena salud y nutrición, y el respaldo firme de los gobiernos y las comunidades.